Nunca hemos endulzado tanto lo que comemos, y lo estamos pagando muy caro: obesidad, infartos, cáncer… Así lo evidencian nuevas investigaciones que demuestran cómo la industria alimentaria ha tratado de confundirnos durante años haciéndonos creer que el gran culpable de todo eran las grasas.
Trastornos metabólicos, diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, obesidad, sobrepeso, cáncer… son enfermedades cuya prevalencia no para de crecer. Y cada vez más investigaciones señalan como responsable al azúcar, sustancia que la industria alimentaria añade a tres de cada cuatro productos que fabrica, endulzando como nunca la alimentación del ser humano. En especial, la de la infancia.
En España, con una de las tasas más altas de Europa de sobrepeso y obesidad, el 40 por ciento de los niños consume más azúcar de los 25 gramos diarios que la Organización Mundial de la Salud recomienda no sobrepasar. Nada extraño si se tiene en cuenta que un español ingiere de media 111 gramos al día. Lo hace, eso sí, sin ser del todo consciente, ya que la mayor parte de ese azúcar ha sido añadido por la industria a multitud de alimentos.
Éstos no son los únicos problemas asociados al azúcar. Por poner dos ejemplos, en España el 16 por ciento de las personas ciegas lo son por culpa del azúcar y 7 de cada 10 españoles con amputaciones no traumáticas de los pies se relacionan con la diabetes, estadística en la que solo nos supera Estados Unidos.
El reciente posicionamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre políticas fiscales en los alimentos no ha dejado indiferente a nadie, en especial a la industria de los refrescos, que observa con pavor como vuelve a llover sobre mojado en el planeta del azúcar.
La OMS propone, entre otras muchas iniciativas, incrementar los impuestos sobre las bebidas azucaradas con el fin de elevar su precio de venta, al menos un 20% sobre el actual. Es necesario destacar que la OMS señala con especial importancia esta cuantía (al menos un 20%) con el fin de que este tipo de medidas impositivas tengan un efecto palpable en las tendencias de consumo ya que de otro modo apenas influirán en la intención de compra.
El objetivo final de la OMS consiste en establecer contextos socioeconómicos que faciliten mejores elecciones alimentarias a los ciudadanos; desalentando el consumo de opciones menos saludables al tiempo que se promueve el de aquellas más adecuadas influyendo sobre el precio. Pero no se trata solo de subir los precios a los alimentos malsanos. A muchos se les olvida mencionar que dentro de esas propuestas fiscales, la OMS apuesta por la reducción de un 10 a un 30% en los precios de alimentos vegetales frescos con el fin de facilitar el consumo de frutas y verduras.
Es muy importante cambiar nuestros hábitos alimenticios y eliminar el azúcar de nuestra dieta. Hágale un favor a su salud y sustituya el azúcar por Stevia. Tan dulce como natural.